Dicho esto, queremos decir que no hace falta “tener algo que ocultar”, aunque, sí deberías tener oculta tu información bancaria, contraseñas de correos, información familiar y tu domicilio. Tampoco hace falta ser multimillonario o estar en el punto de mira de Lazarus Group, de Sandworm o Salt Typhoon para convertirse en víctima; a veces basta con estar un poco distraído para poner en riesgo nuestra tranquilidad.
Las historias de Bobby y Karen nos ayudan a ilustrar posibles escenarios a los que nos podemos enfrentar como particulares o como parte de una empresa.
Te darás cuenta que no hace falta ser millonario o un mandatario de un país para ser víctima.
Muchos de nuestros datos ya están expuestos, pero podemos prevenir y gestionar riesgos sin vivir paranoicos con estas breves recomendaciones:
Activar doble factor de autenticación y evitar que sea con SMS para evitar ser víctima de SIM Swapping.
Elegir PIN y contraseñas fuertes.
Control constante de cargos en cuentas de banco.
Revisar privacidad en dispositivos y servicios en la nube.
Mantener software y firmware actualizados.
Con estos hábitos, la seguridad deja de ser una amenaza invisible y se convierte en algo manejable y confiable.
Es importante también conocer todo lo que se puede hacer con la DEEPFAKE, que va más allá de crear Fake news. Hay toda una industria desarrollada en llevar a otro nivel los ciber ataques por lo que es bueno estar enterado de los avances de la IA.
Prepárate, crea protocolos con tu familia, entorno laboral y evita ser ese eslabón por el que acceden a tu compañía o peor aún, pases a ser el Bobby de la historia.
Manera # 3. Manera # 3. Pesadilla en la Calle Mayor a la hora del vermut.
Manera # 4. Un verano inolvidable y Oops! "Vacaciones indefinidas" para Bobby.
Manera # 5. Hay una mujer-en-el-medio del café más caro del aeropuerto.
Manera # 6. 🎉Felicidades🎉 Has ganado un sorteo en el que no participaste.
Manera # 7. El SMS con el tracking de un pedido que no has hecho.
Manera # 8. El llamado del éxito.